!!! El Escondite
del Ton_Tin !!!
Una mujer le dice a su marido:
- Edgar, te olvidaste otra vez!!!.
- ¿De qué, Alexandra?
- Hoy cumplimos 5 años de casados!!!.
- Pe... pe... pero, ¿cómo me
voy a olvidar de eso?
- Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen
espectáculo y a bailar.
- ¡Justamente eso era lo que tenía
planeado!
- Bueno, quiero que me lleves al Gold Finger.
- ¿Quéeee? ¿Estás
loca? ¡Eso es un antro!
- ¡Edgar ! ¡Quiero que me lleves
ahí y punto!
Y fueron... Apenas llegaron, el valet dijo:
- Buenas, ¿cómo le va caballero?
¡Qué bueno verlo otra vez!
La mujer saltó sorprendida:
- ¿Qué dice éste? Dijo
que qué bueno verte otra vez. ¿Has venido?
- ¿Yo? ¿Pero estás loca?
¿A este antro? Le dicen a todos lo
mismo. Estos lugares son así.
Llegaron con el portero:
- Señor Murillo... ¡Qué
gusto!
- Te dijo Señor Murillo... ¡Te
conoce!
- ¿Ehhh?... Y cómo no me va
a conocer, si este tipo trabaja en el
edificio de mi oficina. Es el electricista
del edificio.
Ya adentro, los recibió Alex, el gerente:
- ¡Como esta Lic. Murillo!!!, ¿Lamejor
mesa, como siempre, verdad?
- ¿Este también es electricista
en tu oficina Edgar? ¡Te voy a matar!
- No... ehh... no, este señor me conoce
porque es el que me vendió
la camioneta Explorer que te compre!!!!!!!!.
- Edgar, me estás...............
En ese momento apareció la vendedora
de cigarrillos:
- ¡Mi Reeeeeeeeyy! ¿Te doy tu
Cohiba? ...
La cigarrera se puso el habano entre los pechos:
- ¡Méteme la manita, mi amor,
y saca tu habanito!
Alejandra estaba a punto de matar a su marido
cuando se apagaron las luces.
Edgar y su mujer se sentaron y empezó
el espectáculo. Apareció una
mujer super sensacional que empezó
a hacer un strip-tease. Cuando se
quedó solo con la tanguita se acercó
a la mesa de Edgar y,
cariñosisima, preguntó a toda
la concurrencia:
- Y ahora, ¿quien me va a sacar la
tanguita?
Todos los presentes gritaron a coro:
- ¡Se ve, se siente, Edgar con los dientes!
¡Se ve, se siente, Edgar
con los dientes!
Alejandra no aguantó más. Salió
corriendo y se metió en un taxi.
Edgar la siguió dentro del vehículo.
La mujer empezó a pegarle y
trató de arrojarlo fuera.
- ¡Eres el hijo de puta más grande
de toda la historia!
Alejandra se sacó un zapato e, histérica,
comenzó a pegarle en la
cabeza y a gritarle groserías.
El taxista se dió la vuelta y dijo:
- Mire que hemos llevado putas, locas, Don
Edgar... ¡Pero, como esta,
¡¡¡Ninguna!!!!
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